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jueves, 19 de julio de 2012

La posición del artista a la hora de dibujar

Distancia



 

Inclinación



A la hora de dibujar, como se ha dicho hasta ahora, se ha de tener una visión generalizada de lo que estamos creando; la inclinación de la mesa ayuda a ello, a demás de proporcionar la libertad del movimiento del brazo necesaria.
Si dibujamos sobre una superficie completamente horizontal el brazo ha de realizar un esfuerzo complementario.
Cuando se extiende hacia la parte superior del papel el brazo ha de estirarse forzosamente, igualmente ocurre cuando nos acercamos el brazo hacia nosotros, que ha de replegarse.
Al inclinar el plano de la hoja alejamos la zona próxima a nosotros y acercamos la alejada, consiguiendo así un "equilibrio" favorable.
Esta inclinación también viene marcada por el tamaño de la figura: mayor tamaño-mayor inclinación, menor tamaño-menor inclinación.

En obras de tamaño grande es conveniente situar el lienzo en posición vertical para podernos mover con facilidad por todas las zonas.

 

 

Visión

La cabeza a de situarse paralela al dibujo, de manera que nuestra vista siempre sea perpendicular a la superficie donde dibujar.

 

Superficie

El rozamiento es el causante del desprendimiento de partículas de grafito (o el material con el que estamos trabajando) sobre el papel, por eso la zona de contacto entre estos dos elementos ha de presentarse siempre constante. Así evitaremos que nuestro trazo salga irregular y tosco.

Si dibujamos sobre superficies rugosas obtendremos texturas no deseadas; aunque a veces se utilice intencionadamente como técnica de dibujo.
Lo ideal son superficies lisas y duras para evitar el hundimiento de la mina sobre dicha superficie.
Si nuestro lugar de trabajo no cumple dichos requisitos podemos servirnos de un tablero adicional de tamaño superior a la hoja que utilicemos para dibujar, para poder albergar toda su extensión.

La idea principal es no acercarnos ni alejarnos demasiado del papel; sin una óptica clara y general de lo que estamos dibujando no podemos obtener lo deseado. Por lo tanto, dependiendo del tamaño del lienzo o del folio debemos situarnos en distancias diferentes.
Si nuestro dibujo no supera el tamaño de una hoja DINA-4 la distancia recomendada es la de codo-cabeza. Cuando la superficie a aumentando también lo hace la distancia.
Es a distancias relativamente grandes, como en murales, cuando la intuición y la experiencia del dibujante escogen la mejor longitud.

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